¿Cómo podemos describir la realidad laboral de nuestro continente? ¿Cuál es la situación del empleo en Latinoamérica, una región cultural y económicamente diversa, pero que al mismo tiempo comparte procesos, temporalidades y contradicciones estructurales que le son históricamente comunes? ¿Con qué prisma evaluar la situación del trabajo en este continente, complejo y vasto? ¿En base a qué parámetros? ¿Con relación a qué evaluarnos y compararnos?
A fines de los años noventa, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acuñó el concepto de Trabajo Decente con el objeto de definir un conjunto de parámetros y condiciones laborales básicas que hicieran posible el acceso a un trabajo digno, seguro y reconfortante. Este concepto debía servir al mismo tiempo como un baremo a partir del cual evaluar las políticas públicas e iniciativas adoptadas por los Estados –y también por las empresas– para garantizar que no se explote a la fuerza laboral en un contexto global en el que el intenso comercio internacional la hacía especialmente vulnerable. Continuar leyendo