Desigualdad e ingreso laboral. A propósito del libro Riqueza y Desigualdad en el Perú.

Hay discusiones que no se dan regularmente en el Perú. La relación entre riqueza y desigualdad es una de ellas. Para los medios de comunicación y líderes de opinión, este es un tema vedado. De alguna forma, lo omiten ya sea por ignorancia sobre cómo abordarlo, por falta de información o simplemente de interés. Aunque la mayoría de veces es porque quienes deciden y manejan la agenda pública y mediática, forman parte de los sectores que más se benefician de la estructura distributiva, siendo los menos empeñados en visibilizarla y transformarla.

La publicación del libro Riqueza y Desigualdad en el Perú. Una visión panorámica (Oxfam, 2019), elaborado por los economistas German Alarco, Cesar Castillo y Favio Leiva, representa un aporte valioso al esclarecimiento de los factores que dan cuenta de la real distribución de la riqueza y del ingreso en el país. El análisis que plantean los autores sobre los mecanismos y procesos de generación de riqueza –en clave comparativa con otras experiencias nacionales y con una perspectiva de mediano plazo–, resulta sumamente oportuno en una coyuntura en que se debate la aprobación de una norma antielusiva que es cuestionada y resistida por el gremio empresarial, pero que permitiría al Estado acceder a mayores recursos fiscales y, de esta forma, avanzar hacia una mejor distribución del ingreso nacional.

El libro contiene cinco secciones, además de conclusiones y reflexiones finales. Comienza analizando las limitaciones metodológicas de la ENAHO para medir la riqueza en el país (capítulo 1), continua con los procesos de generación de ganancias totales y sectoriales (capítulo 2), de la riqueza productiva (capítulo 3) y la distribución factorial y personal del ingreso (capítulos 4 y 5, respectivamente). En esta corta reseña daremos cuenta de dos ideas fuerza que a nuestro entender sintetizan una dimensión crucial del debate laboral.

Primero: los autores parten reconociendo que la concentración de la riqueza está subestimada en el país. Parafraseando a Carlos Malpica, pocos conocen a los verdaderos “dueños del Perú”. La metodología aplicada por el INEI no llega a recoger información sobre el ingreso percibido en los estratos más ricos de la sociedad. No se tiene registro de nuestros conciudadanos más acaudalados, básicamente porque estos no responden encuestas. Por eso, las ponderaciones y mediciones sobre la distribución del ingreso que se circunscriben a esta fuente, terminan siendo insuficientes o poco idóneos para inferir los niveles reales de concentración/distribución del ingreso, más aún para la toma de decisiones de política pública. ¿Cuáles son las familias más ricas del Perú? ¿A cuánto asciende su fortuna? ¿Cómo la han logrado?

Valiéndose de fuentes alternativas, los investigadores ponen en evidencia las limitaciones de los cálculos oficiales para medir la riqueza. Mientras que en el 2014 y 2015, según ENAHO, los hogares más ricos estaban ubicados en la provincia de Picota, San Martín, con ingresos anuales equivalentes a S/ 1.11 millones, y en Moyobamba, San Martín, con un ingreso de S/ 700 mil soles anuales, en el 2016 el hogar más rico se trasladaría de la selva central a la residencial San Isidro, en Lima Metropolitana, reportando ingresos de apenas S/ 1.13 millones al año. Estos contrastes darían cuenta de la falta de rigurosidad y certeza de la ENAHO para determinar la real composición de la estructura distributiva del país. Si consideramos las cifras oficiales disponibles, los diez hogares peruanos más ricos tendrían ingresos promedio anuales equivalentes a S/ 660.000. Esta cifra estaría muy debajo de lo calculado por la consultora internacional Knight Frank, citada en el libro, que estima en más de 17,000 el número de peruanos millonarios, donde unos 880 peruanos tendrían fortunas de más de US$ 10 millones, otros 300 patrimonio por más de US$ 30 millones anuales, alrededor de 37 peruanos con más de US$ 100 millones, mientras que el extremo más acaudalado estaría conformado por al menos 5 peruanos poseedores de una riqueza de más de US$ 1,000 millones. A pesar de la magnitud de su patrimonio económico y predial, los ingresos de los millonarios y sus nombres suelen permanecer en la más absoluta discreción, casi sin ser tocados por las regulaciones laborales y tributarias vigentes.

Segundo: el libro propone analizar la desigualdad de una manera distinta a la forma cómo se ha venido abordando, legitimando y naturalizando en nuestra sociedad. A diferencia de los “economistas estándar”, que consideran la desigualdad económica como una condición estrictamente individual que responde a méritos y habilidades personales (el mito del “emprendedor exitoso”), el enfoque que propone Alarco y su equipo considera que la desigualdad no es una cuestión exclusivamente económica, sino que incorpora un conjunto de elementos técnicos–operativos, tecnológicos, étnicos, sociales y políticos, que de manera conjunta e interdependiente, terminan siendo determinantes en la distribución del ingreso. Es decir, introduce en la ecuación la variable poder, dimensión por lo general ausente en los análisis sobre crecimiento económico y desarrollo.

En ese orden de ideas, encontramos particularmente útiles para la compresión del problema de la desigualdad valernos del esquema presentado por Alarco y su equipo, consistente en un conjunto de variables que son las que más influyen en la explicación sobre la distribución factorial y personal del ingreso.

  • Elementos del entorno internacional, relacionados con el modo y régimen de producción predominante en la economía internacional, y en este contexto, la forma cómo se inserta la economía nacional (como exportadora de materias primas o de bienes transables, proveedora de servicios de punta, etc.);
  • La estructura de propiedad y la posición de los diferentes actores en los procesos productivos particulares;
  • La estructura productiva (porcentaje de participación de los diferentes sectores en la producción total), la naturaleza de los procesos productivos (intensivos en capital o mano de obra), la dinámica de los mercados y la composición de la producción;
  • La convergencia de variables y políticas macroeconómicas que influyen en la distribución del ingreso (como el salario mínimo, la evolución y dispersión salarial y la negociación colectiva, la inflación, la tasa de cambio, el precio de los comodities, las tasas de interés, la presión tributaria, etc.
  • Un conjunto de dinámicas demográficas, sociales, familiares y personales que permiten una mayor o menor movilidad social del individuo y su familia.