“Las leyes se ganan en la calle, con la sociedad luchando por sus derechos”.
El pasado viernes 19 de setiembre se realizó el conversatorio “La agenda legislativa de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social”, en las instalaciones del Congreso de la República. Hernando Cevallos, congresista del Frente Amplio y presidente de la Comisión, nos comenta las prioridades de su gestión.
¿Qué implica que el Frente Amplia presida la Comisión de Trabajo?
No puedo asegurar qué significó para otras bancadas presidir esta Comisión. Pero para nosotros significa, primero, un enorme compromiso y responsabilidad. Pero además, una importante posibilidad de acercar todo un conjunto de visiones, de formas de ver la realidad laboral, acercarla a los trabajadores. Significa la posibilidad de compartir con las centrales sindicales de diferentes niveles de representatividad, las mismas preocupaciones por lo que pasa en el sector laboral. Sentir que se puede tener una Comisión de Trabajo más cerca de los problemas de los trabajadores. Que podemos profundizar el análisis de la realidad laboral del país y proponer soluciones. Significa dos cosas fundamentales: la posibilidad de generar un debate en el Congreso y en el país, sobre los problemas y alternativas de solución en materia laboral. De desarrollar un plan de fiscalización y de representación, en lo que compete a la labor congresal y a la presidencia de la Comisión. Es un desafío y una alegría poder desarrollar una expectativa de trabajo social.
¿Cuáles son las prioridades para este periodo en la Comisión de Trabajo?
Primero, que las entidades sindicales y los trabajadores recobren la confianza en que esta Comisión puede desarrollar una serie de iniciativas útiles a los trabajadores. Que formamos parte de un equipo de trabajo que quiere estar cerca de los trabajadores, conocer sus problemas y juntos buscar las soluciones que desde este espacio podamos aportar.
El ministro de Trabajo Alfonso Grados planteó su plan de formalización y habló de regímenes “especiales”. ¿Qué opinión le merece?
Cuando a mí me hablan de regímenes especiales me genera una gran preocupación y desconfianza. Porque lo que han hecho este tipo de regímenes, es crear una gran anarquía y quitarle derechos a los trabajadores. Una de las cosas que necesitamos solucionar en el país es ordenar el sector laboral. Entonces, si hablamos de formalizar a ese 70% de la fuerza laboral que no está “formalizada” (entre comillas, porque los “formales” tampoco son tan formales), tendría que darse sobre la base de una legislación laboral clara, que les permita a los trabajadores tener los derechos que la Constitución establece.
Lo racional es que una persona que trabaja tenga derecho a una pensión justa, a ser atendido cuando se enferma con calidad y de manera oportuna. Tener derecho a las bonificaciones respectivas que se merecen todos los trabajadores; a una remuneración justa; a no estar pensando todos los días que lo pueden despedir. En fin, a tener un trabajo con derechos. Espero que la formalización [de la que habla el ministro Grados], vaya en esa dirección. Y no en lograr algunas formas precarias de relación laboral.
En la última sesión de la Comisión de Trabajo, se aprobó el dictamen de la Ley de Trabajo Médico.
Tiene muchas implicancias para el sector de salud. Primero, porque la Ley de Trabajo Médico fue lograda luego de una enorme lucha del gremio médico para que se respeten sus derechos. Pero, además, porque de manera racional, plantea cómo debe transcurrir la atención de salud en nuestro país. Esta ley fue diseñada sobre la base de estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre el tiempo de la jornada médica, las horas de consulta, de guardia. Esta Ley fue vulnerada; y el restituir los artículos que faltaban –los más importantes en mi opinión: la posibilidad de remuneraciones y bonificaciones para los médicos, el horario de trabajo de consulta externa, la extensión de las guardias– es importante no solo para los médicos, sino para el conjunto de otros sectores que trabajan en Salud (que han visto distorsionados sus regímenes laborales sectoriales). Finalmente, es importante para la salud del país, porque está pensando en respetar la pieza más importante del esquema de Salud, que son los recursos humanos. No se puede pensar en una salud democrática para todos, maltratando a los recursos humanos que llevan el acto médico: enfermeras, obstetrices, el trabajador que lleva la camilla y la ambulancia. Todos son importantes.
Una de las preocupaciones de los trabajadores públicos son las restricciones impuestas a la negociación colectiva por la ley de presupuesto.
La realidad del Congreso nos indica que tenemos que avanzar en lo que podamos. En los proyectos, mejorando las normas en relación con muchas cosas no resueltas; entre ellas, la posibilidad de negociar las condiciones y las remuneraciones. El Tribunal Constitucional dijo que es un derecho; a nadie lo puedes hacer trabajar y que no tenga la posibilidad de discutir cuánto le vas a pagar. Eso no pasa ni en los países más atrasados. Pero además de eso, entender que la Comisión tiene que hacer su trabajo, y al mismo tiempo la sociedad organizada el suyo. Esto quiere decir que las normas se ganan en la calle, con la sociedad expresando sus reclamos y luchando por sus derechos. Más importante todavía que las normas que podamos construir en un gabinete, es la necesidad de que la Comisión diseñe normas que garanticen más derechos y que lo haga con participación de los gremios.
En materia de seguridad social y previsional, por dónde va ir el trabajo de la Comisión.
Aquí hay varias cosas. Primero nos hemos reunido con el presidente Ejecutivo de EsSalud, para preguntarle si va a privatizar o no la seguridad social. Vamos a invitar al presidente Ejecutivo del Seguridad Social. Ahí hay dos o tres ejes. El primer tema es el financiamiento de la seguridad. Al ser una Comisión que tiene que ver esto –porque somos cajas de resonancia de nuestro pueblo–, fiscalizaremos cómo están las finanzas de la Seguridad Social: si todas las tercerizaciones que se han hecho fueron necesarias o han debilitado la posibilidad de que EsSalud pueda brindar una atención de calidad, sin necesidad de dilapidar sus recursos. Otro tema que preocupa a la sociedad es la atención que se da a los asegurados. En el caso de EsSalud, la atención de los asegurados es una gran preocupación: cómo están funcionando los hospitales, si hay una correcta atención en sus diferentes niveles. Si la atención en el nivel más básico o primario está mejorando, que es una debilidad de la seguridad social. Por ejemplo, si las normas que amparan la protección que da la seguridad social, se han ido renovando con el tiempo. Hay muchas denuncias de gente que tienen enfermedades raras, que cada vez son más frecuentes conforme se desarrolla nuestra sociedad, si tienen el respaldo de la seguridad social para su cobertura. Necesitamos fiscalizar cómo están trabajando en los hospitales, si el tema de seguridad en el trabajo está caminando. El acceso a la seguridad social de algunos sectores (los pescadores no acceden, porque hay normas absurdas que les impiden tener acceso a la seguridad), Y el tema del financiamiento del aseguramiento social es un tema muy importante
En esto corto tiempo como presidente de la Comisión de Trabajo, ha acompañado algunos sindicatos en conflicto al Ministerio de Trabajo. ¿Qué respuesta ha encontrado?
Después de ser dirigente sindical, y que a uno no lo reciban por ningún lado, es bueno poder decir “Te viene a ver el presidente de la Comisión de Trabajo y te recibe el Ministro” (risas). Uno siente dos cosas: primero, qué lejos están las autoridades de nuestra gente, de nuestro pueblo. Las estructuras de ministerios como el de Trabajo o el de Salud, no están diseñadas pensando que necesitamos tener trabajo para que la gente viva mejor y feliz. Hemos diseñado una estructura para “construir trabajo” y para que unos pocos ganen más. Mentiría si te digo que nos han recibido mal; lo han hecho de manera atenta. Pero llama la atención cuando los trabajadores te dicen: “Mira, si usted no me acompaña, aquí no me reciben. Hemos venido enviando solicitudes para que me reciba el viceministro y ahora nos recibe el ministro”. Uno siente, más que una satisfacción, una enorme responsabilidad y mucha impotencia. Tengo la sensación que nos hemos alejado tanto de la gente, que sentimos que hay mucho por hacer y que no basta con una Comisión de Trabajo.