El reciente acuerdo político alcanzado la semana pasada por el Partido Socialista Español (PSOE) y el partido Ciudadanos (centro derecha), para formar coalición de gobierno, deja entreabierta una propuesta de reforma laboral que introduce algunos elementos, por decir lo menos, sugerentes dada las épocas y la situación económica actual de España. Y lo son, realmente, porque buscan enfrentar un problema que es muy común y extendido en nuestros países –como es la informalidad laboral–, pero que en otras regiones –como es la Unión Europea– comienzan a registrarse con mayor frecuencia, producto del impacto de la crisis económica internacional sobre el empleo, como es la “dualidad laboral”.
Según informa el Blog Salmon, la reforma acordada por el PSOE y Ciudadanos consideraría que: “(…) no habría contrato único pero solo existirían dos tipos de contratos: el indefinido, que sería igual que el actual y el “estable y progresivo” que sustituye a los temporales. Este nuevo contrato tiene una indemnización creciente: 12 días el primer año (igual que los temporales actuales) y 16 días el segundo año. El tercer año el contrato ya será indefinido y la indemnización por despido procedente sería de 20 días por año. (…) Además las empresas que tengan mucho contrato temporal tendrán penalizaciones vía cotizaciones sociales y los trabajadores recuperan cierta tutela judicial que se perdió en las últimas reformas laborales”.
Sin embargo, desde una perspectiva crítica respecto del pacto entre PSOE y Ciudadanos se plantean algunos cuestionamientos sobre las propuestas socio económicas, que no se reflejan en la definición de prioridades ni establecimiento de metas (por ejemplo en materia de empleo y polìticas sociales). Así, un miembro de la Secretaría de Economía de Podemos ha señalado que: “En todo el documento no aparece ni una sola mención –cuantificable- a la reversión efectiva de los recortes practicados desde 2010 (sólo en educación y sanidad, 18.000 millones de euros). Si bien el acuerdo incluye algunas medidas positivas, son claramente insuficientes, como el Ingreso Mínimo Vital, mucho menos ambicioso que el Plan de Renta Garantizada propuesto por Podemos. En otros casos consolidan las reformas regresivas de estos años, como en las pensiones, donde no se revierten el factor de sostenibilidad, la desvinculación de las pensiones al IPC o el aumento de la edad de jubilación. Y, finalmente, su puesta en marcha requiere contar la financiación adecuada, pero las medidas fiscales del pacto se contradicen con este objetivo”.