¿Por qué es inconstitucional el DU 014-2020? 12 razones explicadas por el Dr. Adolfo Ciudad

TrabajoDigno.pe se complace en compartir el documento “Doce motivos de inconstitucionalidad del D.U. 014–2020, sobre la Negociación Colectiva en el Sector Público”, elaborado por el Doctor Adolfo Ciudad Reynaud. A partir del análisis del contexto de derecho constitucional del trabajo en que se dicta el D.U. 014–2020, Ciudad analiza cómo el Poder Ejecutivo se niega a cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional del 26 de abril de 2016, donde se insta al Congreso de la República a regular sobre el derecho a la negociación colectiva –sin restricciones– para los diversos sectores del Estado.  “En nuestro país –nos dice el autor– se legisla con el deliberado propósito de impedir el ejercicio de los derechos fundamentales de libertad sindical y negociación colectiva, particularmente en el sector público”.

Desde esa perspectiva, Ciudad fundamenta por qué el decreto de urgencia en cuestión es inconstitucional, agrupando en los argumentos en 6 ejes temáticos:

CONVERSATORIO EN HOMENAJE A JULIO GAMERO REQUENA (1957–2020)

A tres meses de la partida de nuestro querido amigo y colega, Julio Gamero Requena, nos queda un enorme vacío, pero, sobre todo, el recuerdo de un ser humano íntegro y un reconocido profesional comprometido con las causas justas. Con este conversatorio, las instituciones organizadoras (Cedal, Desco, TrabajoDigno.pe y Solidarity Center) queremos poner en relieve la notable trayectoria académica, docente y laboral de Julio; la cual se materializó, por un lado, en un nutrido legado de investigaciones y publicaciones que destacaron por su rigurosidad analítica y capacidad de propuesta, del mismo modo que por una consistente participación en importantes instituciones públicas y privadas, así como el mérito de haber formado a varias promociones de alumnos y discípulos.

El conversatorio estará organizado en cuatro mesas temáticas, que intentan abarcar las diversas problemáticas y tópicos abordados por Julio Gamero a lo largo de casi cuatro décadas de trabajo en organizaciones de la sociedad civil, en el sector público y en el ámbito de Naciones Unidas. En este enlace podrán revisar el Programa del Conversatorio. Continuar leyendo

Elecciones en Estados Unidos DEBATIENDO CON UNA MOSCA

María Cristina Vigil (*)

Al fin llegó el tan ansiado día. Millones de ciudadanos norteamericanos participaron en la votación presidencial anticipada en la Florida y diversos estados. Una vez que deposité mi balota me embargó una sensación de alivio y alegría a la vez.  Sobrevivimos ocho meses de crisis sanitaria soportando ese tren descarrilado llamado Trump. Sin embargo, el suspenso y la incertidumbre no llegara hasta después del 3 de noviembre, día de la votación general.

La mayoría de la ciudadanía sigue sufriendo la pésima administración del sistema de salud. A partir de marzo, la trágica pandemia se magnificaba día a día, sin que el presidente tomara las medidas necesarias para un control eficiente del monstruo. Llegado a un punto los hospitales carecían de todo lo necesario para la protección de los doctores, enfermeras y del personal de salud. Varios gobernadores pedían ayuda a Washington, pero esa ayuda si llegó, fue muy tarde y muy poca.  Un triste ejemplo es el caso de Nueva York. Siendo el epicentro nacional de la pandemia, llegó un momento en que faltaron camas, ventiladores y hasta las mascarillas N–95, las oficialmente requeridas para el personal médico.

Resulta incuestionable que las 220,000 muertes provocadas por la pandemia son consecuencia directa de la decisión de Trump de ocultar por más de 3 semanas que el virus estaba vivito y coleando en el país. El pésimo manejo de la emergencia sanitaria es responsabilidad exclusiva del Presidente y de nadie más. Así lo ha revelado el distinguido periodista Bob Woodward, del diario The Washington Post, al publicar parte de la entrevista que le hiciera a Trump, en la que declaró que decidió no informar al país sobre el virus “para no causar pánico”.  Una decisión imperdonable e inadmisible.

Así pasaron semanas y meses de constante confusión y contradicción entre las diversas autoridades de salud y de la Casa Blanca, mientras el país seguía a la deriva, como un barco sin capitán.

Los debates presidenciales

Ad portas de las elecciones, el 29 de setiembre se llevó a cabo el primero de tres debates presidenciales programados. El encuentro inaugural fue una muestra de la irracionalidad de Trump y de la falta de respeto a la ciudadanía, lo mismo que al moderador, que se vio abrumado y perdió el control de la discusión. Lejos de ser alturado, como históricamente han sido todos los debates sin excepción, Trump convirtió el debate en un circo vulgar: interrumpiendo constantemente a su opositor, zurrándose en los dos minutos asignados para responder, haciendo caso omiso al moderador que intentaba sin éxito hacerlo entrar en vereda.  El candidato–presidente se mostró grosero, ofensivo y absurdo en su descontrol.  Un fiasco total. Pero lo que ha quedado muy claro es lo que Trump representa. Y el peligro que significa para la democracia, aquí y en el mundo en general, pues lo que sucede aquí repercute en el mundo, nos guste o no.

Contrariando a los más reconocidos científicos nacionales (como al Dr. Fauci, prestigioso médico y Director del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas), una y otra vez insistió en que el Covid–19 no era nada más que una gripe ligera que pasaría rápidamente. Fueron varias las oportunidades en que arremetió contra Fauci (y otros científicos) para contrariarlo públicamente, iniciando un ataque frontal contra él y sus colegas, propagando falsedades de todo orden. Una de las más flagrantes fue sugerir que la gente podía inyectarse lejía para curarse del mal, convirtiéndose en el hazmerreír en las redes sociales de todo el mundo.

Trump sucumbió al Covid–19, y estuvo internado varios días en el hospital Walter Reed, superado el virus recibió el alta.  Así las cosas, la Comisión Organizadora de los debates presidenciales anunció que para proteger a los participantes el debate sería sin público, directamente desde los estudios de televisión, solo con el moderador y el personal técnico necesario.  En reacción a la adecuación de las reglas, Trump hizo uno de sus conocidos berrinches y optó por no participar diciendo que el formato “no era justo y lo desfavorecía”.

Joe Biden, en cambio, no perdió tiempo. Anunció su participación en un evento en vivo el 15 de octubre, que sería presentado en primicia por la cadena televisiva ABC, con un distinguido periodista como moderador.   La sorpresa vendría dos días después, cuando la cadena competidora NBC sorprendió al anunciar que llevaría a cabo un evento similar al del candidato demócrata, pero con Trump, en la misma fecha y hora. Un golpe bajo, a todas luces.  Esto le costó a la NBC recibir duras críticas y ser acusada de no servir el interés público, al impedir se pueda ver a los dos rivales en vivo. Una falta de profesionalismo en un momento crucial para el país.

Nuevamente el ex vice presidente Joe Biden, no decepcionó. Se mostró firme, moderado de voz y sorteó las preguntas sin mayor tropiezo. No fue una actuación brillante pero tampoco deslucida.  Por su parte, Trump no puede dejar de ser quién es. No impresionó, ni dijo nada nuevo.  Una presentación en la que no ganaron ni perdieron adeptos.

El debate entre el vicepresidente republicano, Mike Pence, y su contrincante, la senadora demócrata Kamala Harris, tuvo lugar el 7 de octubre, también sin presencia del público. Transmitido nacionalmente, el evento transcurrió sin turbulencia.  Kamala Harris lo hizo bien, y tuvo por lo menos una intervención brillante al replicar a Pence, con energía y sin ser descortés. Cuando este la interrumpió, le espetó: “Estoy hablando, Señor Vicepresidente”. Lo volvió a hacer una segunda vez: “Estoy hablando Señor Vicepresidente”, a la vez que desplegaba una atractiva sonrisa. Pence, por su parte, a diferencia de su jefe, mantuvo la serenidad, pero su participación fue bastante discreta. Sin duda, la estrella de la noche fue una mosca que por más de dos minutos se posó en la cabeza de Mike Pence, quien nunca reparó en su largo paseo por el plateado cabello.  Esta inesperada “intervención” se convirtió en viral en las redes sociales, e inundó TikTok causando sonrisas en todo el planeta.

Cada vez que abre la boca Trump se convierte en un triste espectáculo. Un comentario falso tras otro, ofendiendo y tergiversando todo lo que puede y se opone a sus intereses. No discrimina a quien insulta y hace daño; lo mismo da que sean profesionales o no, empleados de carrera, miembros de su gabinete, diplomáticos, correligionarios, héroes militares, o personas incapacitadas y a todo aquel que se cruza en su camino. Jamás muestra empatía ni interés por el otro. Persiste en atacar a la prensa, en general, excluyendo, obviamente, al canal Fox, un medio incondicional al republicano.  A principios de su mandato embistió contra los medios de comunicación, llamándolos “enemigos de la gente”; vilipendiando, intrigando y destruyendo la integridad de los periodistas.  Una conducta que desacredita la investidura de la Presidencia, instiga el odio y la desunión. Más grave aún: alienta y acoge a los supremacistas blancos y sus milicias.  Una conducta que embarra la imagen presidencial con su irresponsabilidad y temeridad. La incertidumbre y angustia debe acabar el 3 de Noviembre. Confiamos en que así sea.

(*) Periodista y activista política peruana residente en Estados Unidos.

JULIO GAMERO. UN TESTIMONIO PERSONAL

Enrique Fernández–Maldonado

No recuerdo exactamente dónde nos conocimos, ni en qué circunstancias. Estando en la universidad, su nombre ya me era familiar: economista laboral, ex viceministro de empleo, conocido en mis círculos de amigos; en suma, una persona cercana a la cual, ya entonces, valoraba como especialista en mi ámbito de interés académico y profesional. Pero sería a raíz de un artículo que publiqué en La República, donde hice referencia a un largometraje peruano que me impresionó mucho (“Paraíso”, de Héctor Gálvez) para reseñar un libro suyo, sobre el mercado laboral peruano, que este acercamiento se estrechó y afianzó.  En aquella nota intenté expresar algo que para mi parecía razonable: que desde el cine y la economía –dos lenguajes aparentemente opuestos– era posible retratar fidedignamente una realidad compleja, agobiante y desesperanzadora, como es la laboral para una mayoría de peruanos. Este paralelo me parece que le gustó, pues a partir de ese artículo, creo, se inició una amistad y relación que se enriqueció con el tiempo.

Más allá de esta nebulosa en mi memoria, me queda claro que en esta década de amistad compartimos tres momentos significativos, en lo que a mi respecta. El primero fue durante el proceso de transferencia del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MPTE), en el tránsito del gobierno de Alan García al de Ollanta Humala. El segundo se dio a raíz de las revueltas contra la Ley Pulpín, con la publicación de un comunicado y la formación del blog TrabajoDigno.pe. Y el tercero, más reciente, fue el apoyo que le brinde para la publicación de su libro El arbitraje laboral en el Perú. Sobre cada uno de estos momentos quiero compartir algunos recuerdos personales. Continuar leyendo

LA REIVINDICACIÓN DE LOS DERECHOS LABORALES DE LOS Y LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR: UN HECHO HISTÓRICO PARA EL PERÚ

Lily Ku Yanasupo. Abogada. Secretaria General del Sindicato de Trabajadores de la Defensoría del Pueblo.

La Ley Nº 27986, Ley de los Trabajadores del Hogar, y su Reglamento, el Decreto Supremo 015–2003–TR, aprobados en el año 2003, se caracterizaban por la restricción de los derechos laborales de los y las trabajadoras del hogar, reconociendo beneficios inferiores a los establecidos en el régimen laboral general. Por ejemplo, que la remuneración sea pactada por las partes por “acuerdo libre”, pudiendo incluso ser inferior al mínimo legal; o que estos no puedan demandar el despido arbitrario, debido a que se faculta al empleador a separar al trabajador “sin expresión de causa”, bajo el argumento de que el trabajo doméstico es “de confianza”. Asimismo, respecto a los beneficios laborales (CTS, vacaciones y gratificaciones), estos se reconocen en un equivalente al 50% de lo establecido para los trabajadores sujetos al régimen general.

En su momento, dicha legislación se justificó en las condiciones económicas del empleador. Pero, en el fondo, sabemos que este estándar disminuido obedece a la constante desvalorización social y económica del trabajo doméstico, mayoritariamente ejercido por mujeres.

El 26 de noviembre de 2018, el Estado peruano ratificó el Convenio N° 189 de la OIT sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos. Casi dos años después, el Congreso de la República viene debatiendo el texto sustitutorio de la Ley Nº 27986 (Proyecto de Ley N° 00325/2016–CR y otros), el cual es –a todas luces– un importante paso en la reivindicación de los derechos de las mujeres en nuestro país. Y al mismo tiempo, un gran avance en materia laboral, pues no se pueden consentir en nuestra legislación espacios o sectores laborales excluidos del reconocimiento de derechos elementales, como es el establecimiento de una edad mínima para el trabajo, la remuneración mínima vital, la posibilidad de suscribir un contrato laboral, entre otros.

Sabemos bien que, en el Perú, los y las trabajadoras del hogar son un sector vulnerable de nuestra economía debido un conjunto de características que les son comunes. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares del INEI del 2017, en el sector de trabajo doméstico, que está conformado por 395 mil trabajadores:

  • El 96% son mujeres.
  • Más del 50% tiene la condición de migrante.
  • El 92% se encuentra en condiciones de informalidad laboral.
  • El salario promedio mensual (tomando en cuenta solo el aspecto monetario) es de S/ 656 soles, es decir, por debajo del salario mínimo.
  • El 41% labora jornadas superiores a las 48 horas semanales (que es la jornada legal máxima permitida), y
  • El 14% se encuentra afiliado a un sistema previsional.

Bajo esa realidad, es de suma importancia que el Estado implemente una política de protección para el sector de los y las trabajadoras del hogar, que contrarreste las desigualdades que se generan en el ámbito del trabajo doméstico, que son de diversa índole (económica, social, laboral, educativa, previsional, etc.). Por ello, una reforma legislativa es el primer paso, pero no el único necesario. Se requiere un mayor fortalecimiento institucional en materia de trabajo. En concreto, brindarle al sistema de fiscalización laboral los recursos necesarios para que pueda realizar una labor efectiva sobre esta problemática.

¿Qué aspectos se estarían reivindicando con el texto sustitutorio de la Ley Nº 27986, “Ley de las Trabajadoras y Trabajadores del Hogar”?

A continuación, señalamos las principales:

  • Fija una edad mínima para el trabajo (18 años).
  • Se presume la indeterminación de la relación laboral.
  • El contrato de trabajo tiene que ser escrito y registrarse ante el Ministerio de Trabajo.
  • A falta de un contrato escrito, se presume la existencia de una relación laboral.
  • La remuneración pactada por las partes, no puede ser inferior al salario mínimo vital.
  • Establece una jornada laboral diaria (8 horas) y semanal (48 horas) máxima, acorde con la normativa general. Así como la percepción de una remuneración proporcional, en función a las horas efectivamente laboradas.
  • Establece el derecho al pago de las horas de trabajo extraordinario.
  • El pago de las gratificaciones y la compensación por tiempo de servicios (CTS) son equivalentes al monto de la remuneración mensual.
  • El descanso vacacional es de 30 días calendarios.
  • Establece el derecho a gozar de condiciones de seguridad y salud en el trabajo, cuyos costos no pueden estar comprendidos dentro de la remuneración.
  • Los empleadores deberán brindar facilidades para que los y las trabajadoras del hogar puedan continuar con su desarrollo educativo y académico.
  • Dispone la aplicación del régimen laboral general para los casos de despido, con lo cual los y las trabajadoras del hogar podrán demandar despidos nulos y arbitrarios.
  • Se reconoce a los y las trabajadoras del hogar los derechos colectivos a la sindicación, la negociación colectiva y la huelga.
  • Faculta a la autoridad inspectiva del trabajo a adoptar medidas provisionales que aseguren la eficacia de su intervención en materia de trabajo forzoso e infantil.
  • El acta de inspección laboral que deja constancia de la negativa del empleador a permitir el ingreso al domicilio, será valorada como presunción de hechos ciertos.

Como vemos, vienen otros tiempos para la defensa de los derechos de los sectores más vulnerables en nuestro país. Las organizaciones sociales debemos estar preparadas para promover y afrontar estos cambios. No debemos permitir que se nos arrebate lo que se viene avanzando en estos temas. Lejos de ello, nos corresponde activar al resto de instituciones que conforman nuestra democracia, y seguir empujando esta consigna contra las acciones de un sistema que –en términos generales– ha venido siendo opresor. Que nada ni nadie nos desaliente en dicha tarea.

JULIO GAMERO REQUENA, IN MEMORIAM

TrabajoDigno.pe enfrenta su peor momento. Julio Gamero Requena, nuestro querido amigo y colega, partió el día de ayer, víctima de la vorágine de dolor y tristeza que viene ocasionando la pandemia en todo el mundo. Siempre lamentaremos la pérdida de una vida humana. Pero cuando quien parte es un ser noble y comprometido con los necesitados, como lo era Julio, el dolor lacera más y el vacío se hace más difícil de llenar.

Julio Gamero fue cofundador y entusiasta animador inicial de TrabajoDigno.pe. Como miembro del comité editorial del blog, alentaba interesantes discusiones con reconocida rigurosidad y capacidad analítica, previamente a su ingreso a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como responsable del Programa de Empleo de la Oficina Regional para los Países Andinos. Julio era un fiel militante de las causas justas, que en su caso –por interés y formación profesional– eran las de la clase trabajadora. Y desde este lado del tablero, apostó decidida y generosamente por la constitución de un espacio de reflexión que diera pelea en el debate laboral defendiendo la posición de los trabajadores. Así nació esta pequeña tribuna digital.

A Julio se le recordará por muchas cosas, siendo la principal su don de persona. De eso dan fe los numerosos recordatorios que se han compartido en redes, apenas conocida la noticia. En el ámbito académico, nos lega una prolífica producción bibliográfica orientadas básicamente a entender la problemática del empleo. Pero no fue el único tema que abordó con denodada entrega: desde su etapa juvenil en CEDAL, pasando por DESCO, CRS y COPEME, Gamero publicó una diversidad de libros, artículos académicos y de opinión sobre economía laboral, desarrollo social, migraciones, seguridad social, pobreza –que iremos posteando en próximas entregas–, los cuales tenían como eje inclaudicable la defensa de la dignidad humana y los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

De todos sus escritos, recordamos con especial cariño el primer libro publicado con el sello TrabajoDigno.pe: El arbitraje laboral en el Perú. Análisis de 100 laudos arbitrales (2011–2016).

Esta publicación abordó un tema que era (y sigue siendo) clave para la solución de los conflictos laborales en nuestro país. En un contexto en el que las negociaciones colectivas no solo disminuían, sino que encontraban un sinfín de problemas para cerrarse, el 2011 el Ministerio de Trabajo aprobó el D.S. N° 014–2011–TR, que admitía el arbitraje potestativo como una alternativa a la huelga, una vez que el trato directo y la conciliación laboral agotaran todos sus recursos. Con mucha intuición y basado en evidencia empírica, Julio aterrizó una discusión que era, en gran medida, ideológica, liderada por un puñado de estudios legales que no escatimaban recursos en satanizar este mecanismo alternativo de solución de conflictos. Las razones que motivaban estos esfuerzos antilaborales forman parte de las conclusiones centrales del estudio: a poco tiempo de comenzarse a implementar el arbitraje potestativo, la proporción de convenios colectivos cerrados en negociación directa aumentó significativamente. Lo mismo que las condiciones laborales acordadas. Esto confirmaba los supuestos de los hacedores de política: que la proclividad de ciertos actores económicos para retrasar o boicotear las negociaciones colectivas terminaba cuando la negociación colectiva pasaba por una solución heterónoma.

Si queremos ubicar a Gamero en un clivaje teórico–ideológico, este será, sin duda, el del desarrollismo cepaliano. Desde su formación como economista, siempre abogó por un esquema de crecimiento keynesiano basado en el fortalecimiento de los factores productivos endógenos, al amparo de la acción promotora y tutelar del Estado. Esto es, sus reflexiones aterrizaban en la necesidad de avanzar hacia una economía de mercado adecuadamente regulada, que diera lugar a mercados de trabajo equilibrados, donde las condiciones salariales y laborales se definieran a través del diálogo social y la negociación colectiva, con un claro sentido de justicia social. Quien revise sus textos podrá encontrar argumentaciones sólidamente fundamentadas, que abonan en la construcción de una comunidad académica debidamente constituida, pero, sobre todo, comprometida con las urgencias y aspiraciones del mundo del trabajo.

La partida de Julio entristece profundamente a quienes formamos TrabajoDigno.pe. Pero, a la vez, nos alienta a perseverar, más que nunca, en este proyecto al que tanto entusiasmo y atención le dedicó. Extendemos nuestras sentidas condolencias a su familia, colegas y amistades. Descansa en paz, Julio.

Dejemos de enriquecer a las Empresas Privadas de Salud

Walter Díaz de la Vega Castillo

Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de Telefónica del Perú (SINATTEL) y dirigente nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT-PERÚ.

Las clínicas privadas han demostrado en estos más de tres meses de cuarentena que no les ha importado nunca la vida de los peruanos. Los dueños de estas han decidido sobre la vida y la muerte de muchos, y a una gran cantidad que carecía de las decenas de miles de soles para internarse de urgencia los dejaron morir, han cobrado precios impensables por medicamento que no vale más de un sol y han endeudado a miles de familias que no saben hoy cómo pagar esos robos que “aceptaron” por temor a perder a quienes más amaban.

Los trabajadores no podemos seguir sumándonos como tontos útiles a la acumulación de sus millones llenando sus bolsillos para sus lujos, mientras los peruanos sufren, agonizan y mueren. Las empresas prestadoras de salud (EPS) viven de nosotros, de los aportes mensuales que brindan los trabajadores afiliados, además de captar el 2.25% de los aportes destinados a EsSalud (solo entre el 2006 y 2011, Rímac EPS sumó 127 millones de soles en utilidades): negocio redondo para los dueños y ejecutivos. Continuar leyendo

LAS MYPES, LOS TRABAJADORES INFORMALES Y LOS INDEPENDIENTES ENTRE LOS MÁS AFECTDOS POR EL COVID–19

Sergio Quispe (Economista PUCP)

Es conocido que la pandemia impactó algunas actividades económicas más que otras. En general, las más afectadas fueron las relacionadas a servicios diversos (de alojamiento, restaurantes, construcción, transporte, minería, entre otros); mientras que las de menor impacto están vinculadas a la agricultura y el sector financiero.

Esta afectación de los sectores productivos tuvo un impacto directo en el empleo. Si nos basamos en el informe “Mapa de calor sectorial”, elaborado por Perú Top Publications[1], encontramos una clasificación de las actividades económicas de acuerdo al impacto bajo, medio o alto de la crisis provocadas por la crisis sanitaria. A partir del registro de la ENAHO (358 actividades para el año 2019), se puede ver que el 58% de los perceptores (PEA ocupada con ingresos) trabaja en una actividad económica vulnerable. Lo que implica que la pandemia tuvo un nivel de afectación alto en su economía personal y familiar. Continuar leyendo

Entrevista a Christian Sánchez Reyes y Fernando Cuadros Luque. “LA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL HA PRECARIZADO EL EMPLEO Y REDUCIDO LOS DERECHOS, Y NO HA SIDO UNA ALTERNATIVA EFICIENTE PARA FAVORECER A AMBAS PARTES DEL MUNDO LABORAL”

Christian Sánchez Reyes, abogado y ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, y Fernando Cuadros Luque, economista, ex vice ministro de Promoción del Empleo y miembro del comité editorial de TrabajoDigno.pe, publicaron recientemente el libro Derecho y Economía Laboral: Políticas y regulación de la última década, con el sello editorial de Ius et Veritas (Lima, 2020, 325 p.). Continuar leyendo

Mujeres y teletrabajo en el contexto de la pandemia por el Covid-19

Lily Ku Yanasupo (*)

La crisis sanitaria generada por el brote del Covid-19 ha agudizado los graves problemas estructurales que padece el Perú en materia social; entre ellos, la precariedad laboral y las desigualdades de género.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de género? El género es una categoría de análisis que nos permite entender los roles que culturalmente han sido asignados a hombres y mujeres; en especial, nos permite analizar determinadas conductas, prácticas y relaciones que se han ido estableciendo en el tiempo, en las que existen ciertos elementos de subordinación que antes no advertíamos ni cuestionábamos.

Sabemos que en la sociedad peruana predomina un patrón cultural que otorga una validez implícita a prácticas que atribuyen ciertos comportamientos y roles a mujeres y hombres, lo cual propicia un trato desigualitario en función al sexo biológico. En estos sistemas sociales denominados “sexistas”, como el nuestro, las mujeres se encuentren en una situación de inferioridad y subordinación en relación a los hombrees. Continuar leyendo