Aunque la perspectiva que plantea el autor admite cuestionamientos (por ejemplo, la imposibilidad de reducir a cero la pobreza, como si no existiesen recursos para hacerlo), creemos que acierta al poner énfasis en el tema de la desigualdad como un objetivo nacional que se debe plantear no sólo el próximo gobierno, sino la sociedad en su conjunto. Acierta en la media que aborda un aspecto usualmente soslayado por analistas y medios de comunicación masivos, preocupados más en destacar los avances en términos de crecimiento económico e inversión, que en señalar las brechas sociales y económicas que el modelo genera. Pablo Lavado, profesor de la Universidad del Pacífico, plantea que la desigualdad está subestimada en nuestro país, puesto que la metodología que se aplica no logra captar el verdadero nivel de ingresos de las familias más ricas. “Los diferenciales de los ingresos entre regiones y personas son un fuerte indicio de la desigualdad. Los estudios demuestran que un país con mucha desigualdad tendrá tasas de crecimiento muy bajas en comparación con un país con similar PBI per cápita, pero con una menor desigualdad”.