Es común escuchar que nuestra legislación laboral está entre las más rígidas en la región y el mundo. Las fuentes “autorizadas” son los índices de competitividad desarrollados por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), particularmente el pilar relacionado con la “eficiencia del mercado laboral” (labor market efficiency). En el blog Coalitium, Enrique Del Águila pone en evidencia las características que tiene la muestra en la que se basa la construcción de dicho ranking (respondida básicamente por líderes empresariales), así como la inconsistencia de las comparaciones que se hacen a partir de ella entre países.
El Perú se ubicó –según el último informe del WEF 2015-2016– en el lugar 64 de 140 países. “Nada mal para una economía tan complicada en cuanto a regulaciones y trabas administrativas que encarecen a decir de los empresarios, los costos de contratar o despedir a un trabajador”, nos dice el autor.