OXFAM presenta Agenda contra la desigualdad: cinco temas críticos para cerrar las brechas

Con la presentación de este documento, OXFAM introduce un eje que no aparece hasta ahora en el debate electoral peruano: la desigualdad. Por lo menos, no con la claridad que se discutió en elecciones anteriores (en las presidenciales del 2006 y 2011, cuando el entonces candidato Humala encarnaba el temido “cambio de modelo” económico y amenazaba con avanzar hacia un escenario post neoliberal). El documento es preciso desde sus primeras líneas.

El Perú vive un momento crucial. Por un lado, enfrenta el fin del auge económico que experimentó gracias a los altos precios de las materias primas, que lo llevó a crecer en promedio alrededor del 6% anual entre 2005 y 2013. Por el otro, está a puertas de un proceso electoral que determinará quién gobernará el país hasta 2021. Las apuestas del nuevo gobierno serán claves para reactivar la economía, así como también para impulsar la equidad y la inclusión social, elementos fundamentales de un crecimiento sostenible. Y es que hasta que no se enfrente el problema de la desigualdad y sus múltiples expresiones, el crecimiento sostenible será solo una ilusión.

OXFAM plantea abordar diversos ejes en donde la desigualdad es apremiante; entendemos que son transversales a todos los sectores económicos y productivos. Aunque diferimos en algunas de ellas (el tratamiento diferenciado a las MyPes, que ya cuentan con un régimen especial que abarata el costo del trabajo), en materia laboral las propuestas apuntan, en grandes líneas, a hacer efectivos derechos fundamentales vinculados con la igualdad y la dignidad del trabajo.

  • Incrementar la remuneración mínima vital y fortalecer su institucionalidad, reconociendo a las instancias pertinentes como el Consejo Nacional del Trabajo, e introduciendo mecanismos neutrales de reajuste periódico, estableciendo un régimen diferenciado para micro y pequeñas empresas a fin de no desalentar su formalización.
  • Atender las brechas y barreras de género en el empleo poniendo énfasis en la diferencia en ingresos laborales, con políticas incluyentes de capacitación y acceso al mercado laboral, así como visibilizar y reconocer el valor económico y social del trabajo familiar no remunerado.
  • Generar oportunidades para los jóvenes, fortaleciendo y expandiendo los programas de empleabilidad y capacitación juvenil, así como los incentivos para la contratación de jóvenes, con apoyo estatal, de tal manera que no implique la reducción de beneficios y derechos laborales.